Esto se ha hecho evidente en los últimos meses, cuando hemos estado viendo como las herramientas de I.A han sido capaces de evolucionar hasta el punto de poder recrear imágenes ficticias, crear videojuegos de la nada o, incluso, crear canciones nuevas tomando la voz de los cantantes.

Pues bien, ahora también se está estudiando su uso para poder ser aplicada a la industria alimentaria, lo que afectaría a la industria del aceite de oliva.

Aceite de oliva y la inteligencia artificial

En este punto, la Universidad de Jaén (UJA) está desarrollando un proyecto de Inteligencia Artificial para que podamos avanzar más a la hora de saber más sobre el aceite de oliva: más información sobre la conservación del aceite de oliva y buen uso, por ejemplo.

Mejor dicho, el proyecto tiene como objetivo aunar en el consumo inteligente de los aceites de oliva sostenibles: cómo poder convertirlos en aceites aún más saludables en un futuro próximo, cómo lograr otros usos del aceite de oliva para freír o conocer mejor su conservación y uso. Este proyecto de investigación se llama “Smart-O-Live” y se desarrollará hasta octubre de 2024.

Cómo lo harán

Con este fin se partirá de los métodos de predicción actuales más eficientes, que ya utilizan aplicaciones como el famosos Chat GPT: el Aprendizaje Automático o el Aprendizaje Profundo, además de proponer nuevos desarrollos de modelos.

Este trabajo ha sido dirigido por los investigadores Antonio Jesús Rivera Rivas y María Dolores Pérez Godoy, del grupo de investigación SIMIDAT de la UJA.

La Inteligencia Artificial en la industria alimentaria

Es evidente que este no sería el único uso de la Inteligencia Artificial en la industria alimentaria, ya que esta tecnología está revolucionando muy rápidamente la manera en que las empresas fabrican o transportan los alimentos, así como la forma en que nosotros los consumimos. Sobre todo, la I.A podría marcar la pauta sobre cómo hacer todo esto en el futuro.

De hecho, ya existen empresas del sector alimentario que han encontrado en la inteligencia artificial un aliado para proporcionar a sus consumidores nuevas experiencias de compra.

Uno de los principales retos de la I.A. en este sentido pasaría por la posibilidad de poder aumentar la productividad agrícola o la producción de alimentos sostenibles. Es decir, la I.A. podría sumar una serie  e beneficios a la industria alimentaria para hacerla mucho más sostenible, como la producción de más alimentos en menos espacio, la recolección de cosechas más abundantes, el incremento de la productividad o la reducción del consumo de agua.

Aunque todo esto puede sonar muy bien, y podría funcionar igualmente bien, habrá que esperar para saber cómo se desarrolla su aplicación, ya que la inteligencia artificial ha llegado a ser catalogada por los científicos como un arma de doble filo.

De hecho, la UE ya ha elaborado un plan pionero para regularla y así garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología.